Hoy hablaremos sobre la obesidad y como el deporte puede ayudar tanto a la prevención como a la mejora de todas las enfermedades que se derivan de ella.
La obesidad es una epidemia global y se asocia con una serie de problemas de salud, incluidas enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 y cáncer. La actividad física regular y el deporte pueden ayudar a prevenir y tratar la obesidad (Pedersen & Saltin, 2015).
La evidencia científica sugiere que el ejercicio aeróbico, como caminar, del cual tenemos un reto que desde aqui te animo a realizar ya que es un genial comienzo para empezar a realizar ejercicio fisico, correr o andar en bicicleta, es especialmente efectivo para quemar calorías y reducir la grasa corporal (Donnelly et al., 2009). Además, el ejercicio también puede mejorar la sensibilidad a la insulina y el metabolismo de la glucosa, lo que reduce el riesgo de diabetes tipo 2 (Rosenkilde et al., 2012).
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El deporte también puede mejorar la salud cardiovascular, reducir la presión arterial y mejorar la salud mental y el bienestar (Penedo & Dahn, 2005). Por ejemplo, un estudio encontró que los participantes en un programa de entrenamiento de fútbol de 12 semanas experimentaron mejoras significativas en la salud cardiovascular y la aptitud física, así como en la autoestima y el bienestar emocional (Krustrup et al., 2010).
Sin embargo, es importante destacar que el ejercicio por sí solo no es suficiente para combatir la obesidad. La dieta también juega un papel importante en el control del peso corporal. Una alimentación saludable, equilibrada y adecuada a las necesidades individuales es esencial para prevenir y tratar la obesidad (Wadden et al., 2004).
En conclusión, el deporte y la actividad física regular son herramientas importantes para prevenir y tratar la obesidad, pero deben combinarse con una alimentación saludable y equilibrada para obtener los mejores resultados (Hill et al., 2012).
Referencias:
Donnelly, J. E., Blair, S. N., Jakicic, J. M., Manore, M. M., Rankin, J. W., Smith, B. K., & American College of Sports Medicine. (2009). American College of Sports Medicine Position Stand. Appropriate physical activity intervention strategies for weight loss and prevention of weight regain for adults. Medicine and science in sports and exercise, 41(2), 459–471.
Hill, J. O., Wyatt, H. R., Peters, J. C., et al. (2012). The importance of energy balance. European Journal of Clinical Nutrition, 66(9), 908–916.
Krustrup, P., Aagaard, P., Nybo, L., et al. (2010). Recreational soccer is an effective health-promoting activity for untrained men. British Journal of Sports Medicine, 44(11), 794–798.
Pedersen, B. K., & Saltin, B. (2015). Exercise as medicine - Evidence for prescribing exercise as therapy in 26 different chronic diseases. Scandinavian Journal of Medicine & Science in Sports, 25, 1–72.
Penedo, F. J., & Dahn, J. R. (2005). Exercise and well-being: a review of mental and physical health benefits associated with physical activity. Current Opinion in Psychiatry, 18(2), 189–193.
Rosenkilde, M., Auerbach